Uno de los problemas biomecánicos más comunes en el pie son el grupo de las metatarsalgias. El origen del dolor que producen dicha patología es muy diverso (neurológico, articular/degenerativo, vascular, alteración anatómica…).
En esta entrada hablamos sobre la metatarsalgia denominada “síndrome de predislocación metatarsofalángico” la cual puede acabar convirtiéndose en una “rotura del plato flexor”. Básicamente consisten en dolores localizados en la zona del antepié, donde el paciente suele referir dolor a nivel plantar localizado en el pliegue subdigital plantar (surcus digital) con la sensación de «pisar una piedra” cada vez que da un paso. El dolor aumenta al caminar y con altura de tacón en el calzado…
Este síndrome es alteración biomecánica muy frecuente que cursa con proceso inflamatorio a nivel de las articulaciones metatarsofalángicas de los radios medios produciendo dolor. La articulación del metatarsiano con la falange es estable y mantiene su posición gracias a elementos pasivos que le proporcionan sujeción.
Cuando existe una mala biomecánica a nivel de la articulación en la fase de propulsión (3º Rocker), se produce una sobrecarga y degeneración a nivel de la placa plantar y de los ligamentos colaterales que producen inestabilidad de esta articulación (por ello se encuadran dentro del grupo de las metatarsalgias dinámicas).
Visualmente se observa un dedo en garra o en martillo, que se puede desviar también lateralmente aumentando el espacio interdigital. En la fase de propulsión esta deformidad aumenta debido a la puesta en tensión de otras inserciones musculares y ligamentos.
Es importante hacer una buena exploración en camilla para determinar la causa que produce dicha alteración. La exploración irá encaminada a valorar:
– HAV o juanete, el cual puede generar una transferencia de carga al 2º-3º metatarsiano.
– Hipermovilidad del 1º radio que produzca una mala función del mismo, y por lo tanto la transferencia de carga.
– Tener un 1º metatarsiano más corto de lo normal (insuficiencia de M1) que produzca una alteración de la parábola metatarsal y de su biomecánica en la fase propulsiva.
– Traumatismo localizado con sinovitis.
– Zona eritematosa y edematosa por otras causas.
La realización de test específicos es necesaria. Ante este tipo de patología el test de Lachman nos ayudará a valorar el grado de luxación o subluxación de la articulación metatarsofalángica, su estabilidad y el estado de la placa plantar. El test de Kellikian determinará la flexibilidad de los dedos, siendo importante para establecer el grado de efectividad del tratamiento.
A veces se hace necesario para complementar el diagnóstico prescribir pruebas como radiografías para conocer el estado de las articulaciones y resonancia magnética o ecografía para evaluar el estado de la placa plantar.
En la exploración baropodométrica se suele observar la extensión de la presión hasta el “surcus digital” a nivel plantar generando una sobrecarga del 2º-3º metatarsiano hacia distal. Este exceso de presión en la zona coincide en muchas ocasiones con una hiperqueratosis (dureza) alargada hasta esta zona subdigital.
Una vez establecido el correcto diagnóstico, el tratamiento irá encaminado en función del grado de la lesión.
En grado agudo o subagudo se obtienen buenos resultados con plantillas a medida con características concretaspara el tratamiento de esta patología. El objetivo terapéutico será favorecer la propulsión mejorando la biomecánica del antepié (suplementando la función del 1º radio si precisa), intentando reducir la sobrecarga localizada en antepié durante el 3º rocker de la fase de contacto. Se puede complementar con vendajes funcionales para mejorar posición/estabilidad de la articulación, AINES, infiltraciones…
Es muy importante el tratamiento en estadios iniciales para evitar llegar a un estadio crónico, el cual en la mayoría de los casos precisará de tratamiento quirúrgico (siempre se intentará reparar la placa si es posible).
0 comentarios