El test Double Heel Rise consiste en pedir al paciente que se ponga de puntillas con los dos pies a la vez y el explorador evalúa el hueso calcáneo del pie. Si al ponerse de puntillas el calcáneo no cambia su posición de valgo a varo (retropié pronado a retropié supinado), significa que el músculo tibial posterior no se encuentra en buen estado. Sin embargo, cuando el talón del paciente cambia su posición de valgo a varo, el test resulta negativo y el tibial posterior se encuentra en buen estado.
El test Single Heel Rise se realiza igual que el Double pero en esta ocasión el paciente solo se pone de puntillas del pie a evaluar.
La diferencia entre ambos consiste en que en el Single Heel Rise el trabajo del tibial posterior para varizar el calcáneo y estabilizar el retropié es mucho mayor que el Double.
Acude a consulta una paciente de 14 años con sintomatología dolorosa muscular en los de miembros inferiores y alteración en la marcha. En la anamnesis, la paciente refiere una cirugía estabilizadora en el tobillo izquierdo. La cirugía es un éxito pero la consecuencia es una retracción a nivel de la musculatura del tríceps sural y una ligera inestabilidad en el tobillo. La evaluación del tobillo derecho es una inestabilidad desmesurada.
Israel Casado, podólogo y especialista en biomecánica, tras realizarle un minucioso análisis de la pisada, realiza el test Double Heel Rise y Single Heel Rise.
La paciente ante la inestabilidad de la articulación del tobillo derecho, sufrir esguinces de repetición y el miedo al caminar por la falta de estabilidad requiere de un tratamiento por parte de varios especialistas. La importancia del trabajo multidisciplinar y el trabajo del fisioterapeuta en estos casos es importantísimo.
Con ejercicios de recuperación se podría fortalecer la musculatura que rodea el tobillo y ganar en propiocepción. El trabajo de propiocepción ayuda a que ante situaciones inesperadas (como pérdida de equilibrio provocada por una mala pisada) el cuerpo responda recuperando la postura en vez de produciendo un desequilibrio mayor. Si se entrena correctamente, los tobillos se fortalecen reduciéndose la posibilidad de sufrir un esguince ante situaciones inesperadas.
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